El capítulo desglosa varios aspectos importantes del uso efectivo de la tecnología en la sala de clases. El mero hecho de que exista una computadora en el salón no garantiza que los estudiantes puedan mejorar su aprovechamiento académico. Para lograr que todos los equipos y materiales tecnológicos tengan un impacto positivo en la educación es indispensable que los maestros cobren conciencia de que el aprendizaje sobre los sistemas de información le facilitarán su labor docente y serán más productivos, que es lo que no sucede actualmente y los resultados de los estudiantes así lo reflejan en las pruebas estandarizadas donde fracasan en las materias básicas. La tecnología por sí sola no puede resolver todos los problemas en la educación, pero puede tener un efecto determinante. Si se logra articular la tecnología en el currículo los estudiantes pueden sentirse motivados al ver un cambio radical en la manera de enseñar. El estudiante podrá autoevaluar su aprendizaje debido a que diversos tipos de programas al ser interactivos pueden brindarle retroalimentación inmediata sobre su ejecución. Así el estudiante puede asumir el control de su propio aprendizaje. A mi juicio no se debe ver la tecnología como una pérdida de tiempo si se logra establecer unos objetivos y un currículo detallado sobre la integración de la tecnología en las clases diarias tengo la certeza de que los resultados serán efectivos.
Brandsford, J. D., Brown, A. L. & Cocking, R. R. (Eds.). (2000). How People Learn ("Technology to Support Learning", pp. 206-230). Washington, D.C.: National Academy Press.
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